BAÑO DE SANGRE

del manjar que le ofrece la noche
y le da a la madrugada que beba
largos tragos de sus rojizas nubes,
y se empape con el sanguinolento líquido
que vierten los heridos en combate.
Danza con su luz violeta
hasta hallar la zona cero
donde ver partir desde allí
a los más intrépidos combatientes,
recios, fornidos,
con una coraza como cuerpo
y una espada como puño.
Recorre el amanecer
la mitad de la mañana
e investiga con los ojos como platos rotos
lo sucedido entre la noche y el mundo.
Tremendas batallas de poder a poder,
insultos y reprimendas
seguidas de brutales palizas
a la luz de la cautiva luna.
Cómo unos y otros
sujetan a uno,
y otros lo golpean hasta destrozarle
cada arteria de su vapuleado cuerpo.
Baños de sangre caliente
que poco tarda en congelarse
y teñir de rojo las paredes,
los cristales y el arcén
convirtiendo el suelo
en un callejón sin salida.
Vomita el amanecer finalmente
el aura que alumbra
estos vestigios de espanto
y pronto el barrendero de la madrugada
los estampa en la orilla
como un cromo adherido a su álbum.
4 comentarios
león -
venga un abrazo y un salu2
;)
Jesús -
siloam -
gracias por el poema.
saludito! :)
Anónimo -